La artista plástica Lula Cornejo cuenta su experiencia en la Bienal de Florencia

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La artista plástica Lula Cornejo, quien reside en nuestra ciudad desde hace varios años, regresó de su viaje a Italia, en donde participó de la Bienal Internacional de Florencia, Italia, representando a nuestro país.

En contacto con nuestro medio, contó su valiosa experiencia: “La verdad que unos días antes de la Bienal estaba emocionada y como muy ansiosa por cómo podía llegar a ser una Bienal, ya que era la primera vez que iba a una, y también de estar en un país que no conocía, una cultura diferente, es fabuloso y maravilloso”.

Al respecto comentó que “La Bienal se hizo en un castillo que fue construido por los Medici. Dentro del espacio de la forteza había dos edificios, con estructuras donde estaban colgadas cientos de obras, de 600 artistas de diferentes partes del mundo”.

Sobre su presencia allí y cómo se vinculó, detalló: “Hice un gran grupo. Conocí un grupo de artistas con el que me sentí bien cuidada y pude hacer contacto con ellos. Es la primera vez con una cantidad así grande de artistas, digamos, y además seguimos en contacto”.

Además, la artista con neurodiversidad, se alegró con la posibilidad de “conocer a mi amiga Benazir, que es de Kuala Lumpur”m además de “otros artistas de otros países: un pintor de Grecia, un escultor que tuve la posibilidad de conocer de Sudáfrica, autor de unas inmensas esculturas hechas en metal que estaban por toda la arena, además pintores italianos y de otras nacionalidades”.

Respecto al contacto con otras formas de arte y con gente de diversos lugares, contó que se sintió cuidada y eso además le dio “la posibilidad de tener mayor visibilidad” ya que su obra compartió  el mismo espacio con la de los demás artistas en una misma categoría.

También comentó que esta experiencia enriqueció su capacidad expresiva: “El hecho de conocer otros estilos, conocer otras disciplinas como las esculturas, las joyas, las fotografías, el baile” le permitió dar variedad al “estilo de espatuleada” y le permitió “tratar de soltarme cada vez más”. Según cuenta le apasionó mucho de entre distintas performances, la de un grupo de Nueva Zelanda, con un baile típico maorí, de características ancestrales, de la que pudo conocer a integrantes de la delegación de quienes aseguró “me animaban, me consentían” y con quienes creó un fuerte vínculo durante su estadía.

“También conocí a un cantautor y artista peruano, Enrique Galdós Rivas, que tiene 93 años” contó con orgullo. “Él tuvo varias bienales ya. Ya había tenido una trayectoria inmensa en cuanto a las bienales. Cree que la vida se disfruta bailando, tomando vino, cantando, hablando, haciendo chistes, pintando y leyendo. Esa clase de persona que antes no conocía, a quien durante la Bienal le dieron el premio Lorenzo el Magnífico”.

También antes de la bienal, pudo visitar allí otros sitios, como El Museo degli Uffizi, el Museo Leonardo da Vinci, así como la posibilidad de recorrer Pisa y otros destinos, así como hacer contacto con la Galería 360, dedicada al arte abstracto, e integrarse a un grupo de artistas mujeres de Europa, que luchan por el lugar de la mujer en el arte.

Además, señaló que la experiencia también es útil para mostrar “qué tipo de arte pueden producir y aportar las personas con neurodiversidad”, ya que si bien lo más importante es su arte, es valioso que se abra la posibilidad de que quienes tengan diferentes condiciones puedan tener mayor presencia.

En ese sentido, junto a su familia mencionó que “muchos preguntaban quién era la artista que había hecho la obra. Y cuando ella se daba a conocer como la autora, había una sorpresa, muchos se tomaban fotos con ella, muchos no sabían que iba a venir una artista con neurodiversidad de Latinoamérica, su obra fue valorada.

“Muchos valoraron mis colores, más de Sudamérica, pero para ellos son otro tipo de colores, son muy clásicos. Están entre el rojo, el azul, el gris y el blanco. Claro. Yo uso una paleta más diversa en cuanto a que soy muy intuitiva. Son colores que pongo y que saco dentro de mí, de lo que me dice mi corazón, no colores que pongo así, medio al azar”.

“La verdad me llevé de Italia la posibilidad de haber compartido y hecho contacto con estos artistas que no conocía y nos chateábamos por Instagram. Poder conocernos en persona es como otra realidad. Y por eso agradezco, porque la verdad que fue un premio. Y la verdad que les agradezco por haberme cuidado y haber compartido propuestas bonitas. Fue un honor ser seleccionada para poder representar a mi país en la Bienal”.

Cerró afirmando: “Fue una experiencia inolvidable. Distinta e inolvidable y distinta a las otras que tuve acá en Argentina. Claro. Otras exposiciones”.